19 abril, 2009

 EL APELLIDO ACEVEDO DESDE SUS ORÍGENES.

El origen remoto del apellido Acevedo data del año 980, cuando el gascón Arnal de Bayán fue a España a combatir a los moros, estableciendo su residencia en Galicia, en tierras de Orense, junto a la actual frontera con Portugal. Un bisnieto suyo fijó su domicilio en el lugar llamado Acevedo en Portugal, tomando el nombre del sitio por apellido. Este caballero tuvo dos hijos: don Men Pérez de Acevedo, progenitor de los Acevedo portugueses y don Alonso Pérez de Acevedo, conocido como “el portugués”, quién se puso al servicio del rey don Alfonso VI de España, distinguiéndose en 1086, en la conquista de Toledo. Don Alonso fue ascendiente de la casa Acevedo en España, formando parte de ella don Alfonso de Acevedo, patriarca de Alejandría y Arzobispo de Santiago, sirviendo con lealtad a los Reyes Católicos. Otros miembros de este linaje fueron don Diego de Acevedo que se casó con doña Francisca de Zúñiga, condesa de Monterrey. Los Acevedo españoles se extendieron desde Galicia por toda la península y varias ramas de ellos pasaron a América.
Alfonso de Acebedo y Zúñiga, Conde de Monterrey, mandó construir en Salamanca el palacio más popular de toda la arquitectura civil española del renacimiento. Actualmente este palacio es la residencia señorial de los Duques de Alba. La Heráldica Española Virgosoft 2001, registra que existen cuatro diversos escudos de armas de los Acevedo, según se trate de los originadores del nombre, los Acevedo de Castilla, los de Navarra y, finalmente, los de México. El escudo de los de los Acevedo de Castilla, correspondiente a la rama a que nos venimos refiriendo, por su entronque con la casa de Ayala, trae escudo cuartelado, 1º y 4º de oro, un acebo de sinople; 2º y 3º de plata, un lobo de sable pasante y bordura. Bordura de gules con ocho aspas de oro.
Como noveno Virrey de la Nueva España ( 1595-1603), Gaspar de Zúñiga y Acevedo organizó la expedición a California bajo el mando de Sebastián Vizcaíno, quien recorrió todo el litoral, fundó el puerto de La Paz y descubrió y puso nombre en su honor a la bahía de Monterrey, próxima a la bahía de San Francisco. Otra expedición terrestre organizada por este Virrey fue dirigida por Lope de Ulloa, quién exploró Nuevo México y fundó Santa Fe, sin encontrar las siete Ciudades de Oro de las provincias de Cíbola y Quivira.
El Conde de Monterrey reubicó la Villa Rica y construyó en toda forma Veracruz, el primer ayuntamiento de Nueva España. Por disposición de la Corona el virrey don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, considerado benefactor de los indios, por su obra y buen gobierno, fue promovido en 1603 al Virreinato del Perú, donde murió.
En el libro Catálogo de Pasajeros a Indias durante los Siglos, editado en Sevilla, Esp., Imprenta Editorial de Gavidia, 1940, en la pág. 263, se establece que Hernando Acevedo arribó al Nuevo Mundo en 1528, siendo el primero de este apellido en hacerlo a la Nueva España.
Don Artemio del Valle Arizpe, Cronista de la muy leal y noble Ciudad de México, en su libro “Por la Vieja Calzada de Tlacopan”, Edición Diana (México 1980) pags. 24, 25., menciona que en la céntrica Avenida de la República de Guatemala, llamada desde antes de las Escalerillas, esquina con las calles de República de Argentina, en el actual Centro Histórico, se encuentra la bellísima casa-palacio del siglo XVI, correspondiente al mayorazgo fundado por los Acebedos, de acuerdo al plano de la antigua Tenochtitlan, publicado por don Leopoldo Bátres. La mansión virreinal de tres pisos - prosigue escribiendo don Artemio - es de tipo mudéjar y el nicho de la esquina es de belleza insuperable, lleno de originalidad. Los señores Acebedos, de origen portugués, de los numerosos lusitanos que vinieron a México en tiempo de Felipe II y ocuparon puestos importantes en el gobierno virreinal, son gente rica y de buen vivir, grandes señores con título y dinero. “Dineros son Calidad”, escribe satírico Quevedo.
En obra Poética 2. Edición Emecé (Buenos Aires, 1977) Alianza Editorial, Biblioteca Borges Ba0020, Madrid, 1998, se contiene el poema “La busca” de Jorge Luis Borges, 1972, del cual copio un fragmento:
Al término de tres generaciones vuelvo a los campos de los Acevedo, que fueron mis mayores.
Quién me dirá si misteriosamente bajo este techo de una sola noche, más allá de los años y del polvo, más allá del cristal de la memoria, no nos hemos unido y confundido, yo en el sueño, ellos en la muerte......
Durante la época porfirista sabemos que la antigua mansión de los Acebedo del México viejo fue habitada por el notable Arquitecto don Guillermo Heredia, autor del Hemiciclo al Benemérito de las Américas, inaugurado por don Porfirio Díaz en 1910, y de la ampliación del Palacio de los Azulejos por la Calle del 5 de Mayo, entre otras muchas obras que embellecieron la llamada Ciudad de los Palacios.
Hasta fines del siglo XX, la mansión del mayorazgo de los Acebedo, enclavada en el antiguo barrio universitario de México y más tarde colindante con la redescubierta zona arqueológica metropolitana, terminó siendo muy popular por corresponder a las oficinas principales de la prestigiada Librería Porrúa, antigua Librería de Robledo.

No hay comentarios.: